El pintor francés Lhermitte dedicó buena parte de su obra artística a retratar momentos de la vida cotidiana de los campesinos de la Francia rural. Con sus cuadros podemos hacernos una idea de la dura existencia de aquellas familias en las que incluso los niños trabajaban en el campo. En este cuadro, una madre dedica un tiempo a leer a sus hijos, seguramente después de una larga jornada de trabajo.
Que bonic!
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